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domingo, 9 de agosto de 2015

Mujeres indígenas


El 9 de agosto, se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1994 . Aprovechamos para traer parte del  "Examen al cabo de 20 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y el futuro: un marco para promover las cuestiones relacionadas con las mujeres indígenas"    que nos permite acercarnos a su realidad y alentar su empoderamiento. 

1. Los pueblos indígenas viven en unos 90 países de todas las regiones del mundo. En la mayoría de esos países, siguen siendo evidentes la herencia del colonialismo y la historia de opresión y discriminación sufridas por los pueblos indígenas a lo largo de muchas décadas. Por ejemplo, continúa habiendo diferencias perfectamente documentadas en cuanto a las tasas de pobreza, la salud, la educación y el acceso a la justicia, entre muchas otras cuestiones.

 2. En ese contexto, ya de por sí difícil, las mujeres indígenas padecen obstáculos adicionales para disfrutar plenamente de sus derechos humanos. Sufren formas múltiples de discriminación y a menudo carecen de acceso a la educación, la atención de la salud y las tierras ancestrales; padecen tasas de pobreza desproporcionadamente altas y son objeto de actos de violencia, en particular violencia doméstica y abusos sexuales, y en algunos contextos son víctimas de la trata y sufren los efectos de conflictos armados. A juicio de los miembro s del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, si bien las mujeres indígenas comparten muchos problemas con otras mujeres de todo el mundo, como la pobreza, los abusos contra los derechos humanos y la falta de desarrollo económico y social, las cuestiones que les afectan son peculiares de ellas y a menudo las mujeres indígenas tienen puntos de vista diferentes al respecto. La circunstancia de que las mujeres indígenas no constituyan una categoría homogénea, pues plasman una amplísima variedad de culturas con diferentes necesidades y problemas, debiera ser una premisa central en la formulación de las políticas y programas para promover sus intereses y las cuestiones que les afectan

Conclusiones 

86. Las mujeres indígenas se están convirtiendo en una voz poderosa y persuasiva en los movimientos de defensa de los derechos de los indígenas y los derechos de la mujer y están promoviendo las condiciones para un mejor ejercicio y disfrute de sus derechos en pie de igualdad, y de una manera matizada, a fin de garantizar el respeto de esos derechos sin dejar de mantener y transmitir las culturas y valores indígenas. 

87. En ese contexto, las mujeres indígenas han ido alcanzando constantemente nuevos logros en los planos nacional e internacional. Las mujeres indígenas han conseguido poner de relieve sus problemas mediante una mayor participación en foros internacionales, como parte de los procesos relacionados con los pueblos indígenas y los que se refieren a la mujer de manera más general. Esas gestiones han logrado que los derechos y las preocupaciones de las mujeres indígenas hayan sido reconocidos y reflejados en instrumentos internacionales como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes (Convenio Núm. 169) de la Organización Internacional del Trabajo y también, más recientemente, en el documento final de la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas. 

88. Sin embargo, 20 años después de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing, las mujeres indígenas siguen enfrentándose a obstáculos importantes para disfrutar plenamente de sus derechos humanos. El análisis de los exámenes nacionales pone de relieve las situaciones específicas de las mujeres indígenas y los progresos realizados por los Estados y ofrece indicaciones sobre los numerosos problemas pendientes. La amplia gama de medidas comunicadas por los Estados muestra que los avances en los derechos de las mujeres indígenas varían mucho de unas regiones y países a otros, y dependen de las prioridades nacionales y las oportunidades políticas, y también de los recursos financieros. Cabe señalar que determinados Estados y regiones cuentan con diversas iniciativas que incluyen una atención específica a las mujeres indígenas, mientras que otros apenas se ocupan de la cuestión. 

89. Las esferas en las que parecen concentrarse las medidas de los Estados son las siguientes: la violencia contra la mujer, la salud, la educación y el fomento de la capacidad. Esas esferas son más claramente específicas de su género (en especial, la violencia contra la mujer y los problemas de salud que afectan a las mujeres en particular) o son esferas en las que se ha demostrado que las mujeres indígenas sufren una vulnerabilidad o una desventaja particulares (como las tasas de analfabetismo). Dentro de esas esferas, varios Estados reconocieron que las mujeres indígenas se enfrentan a problemas específicos que merecen medidas diferenciadas. Sin duda, algunas de las medidas descritas por los Estados en sus informes para responder a los problemas pueden ser consideradas buenas prácticas nuevas, que podrían ser aprovechadas o reproducidas en otros países o contextos. 
90. Un problema general detectado por los Estados es el nivel de participación de las mujeres indígenas en el poder y en la adopción de decisiones, en los planos nacional y local. En todos los ámbitos, las mujeres siguen sufriendo discriminación a ese respecto, a pesar de los modestos logros alcanzados en algunos países. El bajo nivel de participación de las mujeres indígenas presenta un problema en sí mismo y constituye un obstáculo para que aumente la conciencia sobre las demás preocupaciones de las mujeres indígenas en esferas como la educación, la salud, la violencia, la reducción de la pobreza y el acceso a la justicia y para buscar soluciones al respecto. Aumentar la participación de las mujeres indígenas en el poder y en la adopción de decisiones debería ser una prioridad para los Estados y dentro de las comunidades indígenas. 

91. Además, podría mejorarse la respuesta ante los problemas específicos a que se enfrentan las mujeres indígenas mediante la incorporación de sus derechos en las políticas y programas generales sobre la mujer o sobre los pueblos indígenas y considerando esos derechos como una cuestión transversal. Asimismo, se podrían mejorar las respuestas a las preocupaciones de las mujeres indígenas aumentando la conciencia al respecto entre los responsables de la adopción de decisiones y las autoridades nacionales, lo que permitiría a los encargados de la formulación de políticas comprender mejor los muchos problemas a los que se enfrentan actualmente las mujeres indígenas. A ese respecto, el desglose de los datos por sexo y origen étnico es un instrumento fundamental para detectar y cuantificar las esferas problemáticas y buscarles soluciones. 

92. Por último, cabe señalar que para tratar de resolver los problemas a que se enfrentan las mujeres y las niñas indígenas es necesario dar prioridad a sus derechos como mujeres y sus derechos como población indígena. A ese respecto, los derechos consagrados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas deben promoverse al mismo tiempo que las iniciativas concebidas específicamente para las mujeres indígenas, a fin de contribuir a resolver los problemas estructurales que afectan a los pueblos indígenas y aumentan aún más las dificultades que afectan a las mujeres indígenas en particular. Ello incluye promover el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas de modo que ellos mismos puedan participar en la elaboración de soluciones eficaces, apropiadas desde el punto de vista cultural y sostenibles para los problemas a que se enfrentan las mujeres indígenas.

Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas



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HH

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