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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Júlia Lopes de Almeida escritora pionera de Brasil



Júlia Valentim da Silveira Lopes de Almeida (Río de Janeiro, 24 de septiembre de 1862 - Río de Janeiro, 30 de mayo de 1934) fue una escritora, cuentista, dramaturga, periodista, conferencista, abolicionista, feminista, naturalista y ambientalista  brasileña. Fue una de las primeras mujeres de ese país que obtuvo fama y aceptación social como escritora.

En su carrera profesional, que abarcó cinco décadas, escribió en una variedad de géneros literarios. Sin embargo, es su ficción ―que escribió bajo la influencia de los naturalistas Emile Zolá y Guy de Maupassant― la que ha capturado la atención de los críticos recientes. Sus notables novelas incluyen Memórias de Marta, la primera novela brasileña ambientada en una ciudad, A família Medeiros (La familia Medeiros) y A falência (La quiebra). Enormemente influyente y apreciada por sus compañeros como Aluísio Azevedo, João do Rio y João Luso, es recordada como una de las primeras defensoras de los modernos roles de género, el aumento de los derechos de las mujeres (como pionera de escritoras posteriores como Clarice Lispector), y por su apoyo a la abolición. Estuvo casada con el poeta Filinto de Almeida


Lopes de Almeida nació en 24 de septiembre 1862 en Río de Janeiro. Era hija del Dr. Valentín José Lopes da Silveira, médico y profesor, después llamado Vizconde de San Valentín, y de Adelina Lopes Pereira.

Vivió parte de su infancia en Campinas (estado de San Pablo). Mostró precozmente una fuerte inclinación por las letras, aunque en su momento esto no era compatible con el gusto de sus padres. En el Brasil imperial, una mujer dedicada a la literatura era vista con cierto prejuicio.

Su carrera comenzó en  la Gazeta de Campinas, en 1881. Su primer artículo fue sobre teatro. Ese año sucedieron varios cambios en la literatura brasileña, como la obra Memórias póstumas de Brás Cubas de Machado de Assis. Lopes de Almeida siguió las nuevas tendencias, sin embargo, su fama fue efímera.

También escribió en Ilustração Brasileira, A Semana, O País, Tribunal Liberal.

A pesar de que fue una de las primeras mujeres brasileñas que escribió, no logró el mismo éxito que tenían escritoras como George Sand y Jane Austen.

El 28 de noviembre de 1887 se casó con el joven escritor y poeta portugués Filinto de Almeida, que por entonces era director de la revista A Semana, que se publicaba en Río de Janeiro. En esa revista Julia colaboró de manera sistemática durante varios años.

Fue madre de los también escritores Afonso Lopes de Almeida, Albano Lopes de Almeida y Margarida Lopes de Almeida.

En una entrevista concedida a João do Rio ―entre 1904 y 1905― dijo:

Pois eu em moça fazia versos. Ah! Não imagina com que encanto. Era como um prazer proibido! Sentia ao mesmo tempo a delícia de os compor e o medo de que acabassem por descobri-los. Fechava-me no quarto, bem fechada, abria a secretária, estendia pela alvura do papel uma porção de rimas...
De repente, um susto. Alguém batia à porta. E eu, com a voz embargada, dando volta à chave da secretária: já vai, já vai! A mim sempre me parecia que se viessem a saber desses versos, viria o mundo abaixo.
Um dia porém, eu estava muito entretida na composição de uma história, uma história em verso, com descrições e diálogos, quando ouvi por trás de mim uma voz alegre:
– Peguei-te, menina!
Estremeci, pus as duas mãos em cima do papel, num arranco de defesa, mas não me foi possível. Minha irmã, adejando triunfalmente a folha e rindo a perder, bradava:
– Então a menina faz versos? Vou mostrá-los ao papá!
– Não mostres!
– É que mostro!

Porque yo cuando era moza hacía versos. ¡Ah! No se imagina con qué encanto. ¡Era como un placer prohibido! Sentía al mismo tiempo la delicia de componerlos y el miedo de que acabasen por descubrirlos. Me encerraba en el cuarto, bien cerrada, abría el escritorio, extendía por la blancura del papel un montón de canciones...
De repente, un susto. Alguien llamó a la puerta. Y yo, con voz entrecortada, dando vuelta a la llave de la mesa: «¡Ya va, ya va!». A mí siempre me parecía que si llegasen a saber de estos versos, se vendría el mundo abajo.
Un día, sin embargo, yo estaba muy entretenida en la composición de una historia, una historia en verso, con descripciones y diálogos, cuando oí detrás de mí una voz alegre:
―¡Te descubrí, niña!
Me estremecí, puse las dos manos encima del papel, en un arranque de defensa, pero no me fue posible. Mi hermana, ondeando triunfalmente la hoja y riendo a carcajadas, gritaba:
―¿Entonces la chica hace versos? ¡Voy a mostrárselos a papá!
―¡No los muestres!
―¡Los mostraré!


Su carrera comenzó en un periódico de Campinas, la Gazeta de Campinas, en 1881. Su primer artículo fue sobre teatro.
Su producción literaria fue enorme, más de 40 volúmenes que cubren novelas, cuentos, literatura infantil, teatro, periodismo, ensayos y libros de texto. En la columna que escribió durante más de 30 años en el diario O País, discutió temas sobre feminismo e igualdad social, y realizó varias campañas en defensa de las mujeres.

Fue presidenta honoraria de la Legião da Mulher Brasileira (Legión de la Mujer Brasileña), establecida en 1919.

Asistió a las reuniones en las que se creó la Academia Brasileña de Letras, de la que finalmente fue excluida por ser mujer.

Almeida escribió muchas obras, siendo las más famosas Família Medeiros y A herança (La herencia), ambas novelas psicológicas. Sus novelas y cuentos fueron profundamente influenciados por Emile Zolá y Guy de Maupassant.

Particularmente notable es la literatura para niños, que escribió especialmente entre 1900 y 1917. Sus principales obras para niños fueron Histórias de nossa terra (Historias de nuestra tierra) y Era uma vez (Érase una vez). En una época en que la mayoría de los libros para niños eran meras traducciones de libros europeos, ella y su hermana, Adelina Lopes Vieira, fueron las primeras en escribir textos originales en portugués.

Su colección de cuentos cortos Ânsia eterna (de 1903) fue influenciada por Guy de Maupassant. Una de sus crónicas inspiró a Artur Azevedo a escribir la obra de teatro O dote (‘la dote’). En colaboración con su esposo Felinto de Almeida, en 1932 publicó en forma de folletín en el diario Jornal do Commercio su última novela, A casa verde (1932).

Murió dos años más tarde, el 30 de mayo de 1934, en la ciudad de Río de Janeiro.

Con la difusión del modernismo brasileño, su obra cayó en el olvido. Gracias a la reciente reedición de varias novelas por la editora brasileña Mulheres, sus libros se han puesto a disposición de los nuevos lectores y académicos.


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HH

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